26 de diciembre de 2012

"Desayuno", apostilla a "Sonata para Kamikazes", de Giancarlo Poma Linares

"Sonata para Kamikazes" es la primera novela de Giancarlo Poma Linares, ganadora del XIII Premio de Novela Corta Julio Ramón Ribeyro, otorgado por el Banco Central de Reserva del Perú. Cuatro amigos deciden celebrar el cumpleaños de uno de ellos con una noche memorable. Barranco los recibe con sus luces anaranjadas y sus sueños rotos. Pero la muerte con su capa dura persigue sus recuerdos, aventuras y destinos.

http://eltiempodelasbastillas.blogspot.com/2010/11/sonata-para-kamikazes.html

De un ritmo narrativo atrapante y una insolente mudanza entre referencias cultas y populares, y entre variedades sociolectales, la novela de Poma sorprende y se cuela bajo los dientes del lector, dejándole un sabor agridulce que necesita probar tras cada sección.

Lo que más me interesó de la obra fueron las reflexiones sobre el oficio de hacer literatura y acerca de la constitución de los personajes literarios, comparados con muertos ajenos, cuya existencia construimos con los retazos de su vida, que nos cuentan sus familiares y amigos.

Los dejo con "Desayuno", breve prosa que he escrito con la resaca de "Sonata para kamikazes" y que dedico a Giancarlo.

Tomas el desayuno sin muchas ganas. Como siempre, te atrasas. El bus ya no va a pasar y un taxista toca la bocina. Vas a llamarlo, pero alguien te toma del brazo. Es ella. Sonríe, con un dedo en la boca, como un garfio. Te lleva tras un poste que no cubre nada. ¿Qué haces aquí? ¿Cómo es posible, si estás muerta? Ella solo sonríe y te pide que no le cuentes a la familia, se asustarían. Tomas el taxi, uno o dos alumnos se comportan mal. Regresas a casa, el portero te mira. El jardín se riega. El niño no respira en esa olla, con el fuego ni muy alto ni muy bajo. Gritas algo sin oírlo. Tu novia te tranquiliza y te duermes de nuevo. El perro te despierta. No tienes mucha hambre en las mañanas. A trabajar.





7 de diciembre de 2012

"Hechizo", cuento de José Castro Urioste

Una joven vive un amor entre los pasillos de la universidad y las sucias calles de la ciudad de Lima. Cuadernos, tesis incompletas, enmarcan una relación amorosa que empieza como cualquier otra, con una invitación a salir, una película, dos manos entrelazadas con timidez.

Luego, pequeñas dudas, cotidianas, incesantes, socavan la convivencia. Para resolverlas, la muchacha escucha de su madrina una extraña solución: un mágico café preparado con el sudor del amante ha de atarlo para siempre...

"Hechizo", de José Castro Urioste, nos sorprende con un fuerte cambio en el punto de vista y un veloz giro argumentativo, dibujados diestramente por el narrador. Este emplea un ritmo sumamente intenso, para dejar al lector con el agridulce sabor de la ironía tras un final inesperado.

Podemos leer el cuento en la siguiente dirección: http://www.caratula.net/ediciones/48/narrativa-jcastrou.php

14 de noviembre de 2012

Un narrador muy interesante: Castro Urioste

José Castro Urioste es un interesante narrador peruano. Conózcanlo con dos de sus cuentos en la siguiente dirección: http://www.caratula.net/ediciones/48/narrativa-jcastrou.php


Pronto, comentaré uno de ellos en detalle.

2 de noviembre de 2012

Huarochirí, Lima Este y las cicatrices del indigenismo

Hace poco encontré una página web muy interesante sobre literatura acerca de "idolatrías" en la Colonia, Idolatrica, cuya dirección es la siguiente: http://www.idolatrica.com/

Sé que este tema no forma parte de la literatura contemporánea, eje principal de Insomnio Fértil, pero conversando con un colega comienzo a pensar en la forma en que este tipo de literatura influyó en la narrativa de los indigenistas, concretamente, de José María Arguedas.

Precisamente, este último publicó una traducción de los manuscritos de Huarochirí, titulada "Dioses y hombres de Huarochirí". Este antiguo documento ha merecido diversas traducciones y ha generado múltiples polémicas acerca de su significado. Justamente, a propósito de una nueva reedición de la versión arguediana, la web Idolatrica contiene un post bastante interpelador: http://www.idolatrica.com/huarochiri-una-nueva-edicion-del-manuscrito-quechua-1608/ . En este post, se resaltan los cuestionamientos de Torero a la versión de Arguedas.

Por otro lado, hay distintos trabajos sobre la influencia de este texto en la obra de Arguedas, como el de Javier Muñoz, a propósito del diálogo entre esta ancestral fuente y "Diamantes y pedernales": http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/123456789/463/MU%c3%91OZ_DIAZ_JAVIER_SACRIFICIO_CAMBIO_COSMICO.pdf?sequence=1

Senderos vastos, cargados de imposición cultural, pero también de interpretaciones y limitaciones desde el presente, comunican las crónicas y otros documentos antiguos sobre nuestras culturas prehispánicas con las versiones indigenistas sobre la realidad del siglo XIX y XX.

El indigenismo, a su vez, ha dejado huellas en el imaginario colectivo de nuestra comunidad literaria y más allá. ¿Cuánta influencia de sus creaciones hay en nuestros narradores actuales? Por ejemplo, recuerdo que un compañero de estudios y amigo, Giovanni Anticona, reconocía la indudable marca de Arguedas en sus novelas. ¿Qué cicatrices del indigenismo hay en las páginas de sus obras, Lima Norte y Lima Sur? ¿Es Lima Este, la más reciente novela de Anticona, un hijo pródigo del indigenismo?




Este es el blog de Anticona, titulado El Combinauta: http://giovanni-anticona.blogspot.com . Gracias a la amistad que tengo con este autor, me permito dejar pendiente estas preguntas para que él mismo se anime a responderlas.


1 de noviembre de 2012

Link a mi tesis sobre El Zorro de Arriba y el Zorro de Abajo

Brindo la nueva dirección electrónica de la versión digital de mi tesis de licenciatura, titulada "Un sexo desconocido confunde a ésos". Masculinidades y conflicto social en El Zorro de Arriba y el Zorro de Abajo, de José María Arguedas: http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/123456789/466/ROMERO_FERNANDEZ_CESAR_SEXO_DESCONOCIDO.pdf?sequence=1.

Un comentario sobre esta tesis pueden encontrarla en el post que publiqué el año pasado:
http://www.insomniofertil.blogspot.com/2011/03/una-mirada-arguedas-desde-la.html

24 de octubre de 2012

Un profesor en el laberinto

-¿Qué poco sabemos, no profesor?
-No sabemos nada.

Quien pregunta es un alumno que camina por una biblioteca plena de volúmenes acerca de temas diversos de humanidades. Uno de los libros, especialmente atractivo, es un análisis de los mitos de la antigua Grecia. Aturdido por tanto que le falta por leer, expresa su incertidumbre y espera una respuesta tranquilizadora. Ha tenido la suerte de llevar su último curso de Facultad con el profesor Luis Jaime Cisneros. Fue el Seminario de lírica del Siglo de Oro y se dedicó a Góngora. Después del curso, tiene la oportunidad de conocer un poco más al profesor al visitarlo en su casa de Miraflores. Allí, en el segundo piso, los libros formaban oscuras y apiñadas galerías. Frente al libro de los mitos, recuerda a Narciso, usado en el Siglo de Oro tanto en su usual acepción de la vanidad, como en una más interesante: el autoconocimiento. Es imposible no traer a la memoria, al mismo tiempo, la invención del eco.

El que escucha, voltea sonriente y responde es el profesor a quien no le gusta que le digan profesor y le hablen de Ud. Ha pedido que el alumno le diga Luis Jaime y le hable de tú, pero debe esperar todavía un par de encuentros más para ello. Camina contento en su biblioteca y aprovecha la pregunta del alumno para una lección más. Se sienta y espera otra pregunta.

(Foto tomada de http://perupaisdiferente.blogspot.com/)

El alumno ha quedado en silencio, en el vértigo de la ignorancia absoluta. Si su maestro no sabe nada, ¿de quién aprenderá él? ¿Si por más que lea no se sabrá ni un pulgar, vale la pena intentarlo? El laberinto se cierra sobre él.

A más de dos años de su partida, el alumno ahora es profesor y no olvida lo que el suyo dijo en una entrevista:

"Los griegos inventaron el problema para ponerte a prueba. Para que descubrieras que podías resolverlo ingeniándotelas, esforzándote, pensando, creando. El objetivo del problema es que tengas fe en ti, no en el obstáculo. Tienes que tener la fuerza, la voluntad, la inteligencia y la decisión para superarlo. Y si no tienes eso, mi deber es ayudarte a encontrarlo. No dártelo."  (Ver fuente 1)
En la fuente, Narciso se enamora de sí mismo. Sin embargo, recuerdo (traigo al corazón) un detalle: en el mito recogido por Ovidio, Narciso no sabe que aquel es su reflejo. Cree que es otro hombre. Como dice Jorge Bruce, el narcicismo consiste en hacer de sí mismo el objeto del amor, reemplazar al otro por uno mismo. No es una cuestión de autoestima excesiva, no. Es un problema de afecto. (Ver fuente 2)

Cuánto de soberbia hay en el trabajo académico, a veces, cuánta falta de espíritu docente. El profesor Luis Jaime Cisneros nos legó un problema más al partir: hacer de la enseñanza de las humanidades una práctica humanística. Es decir, pasar del mito de la soberbia al mito del conocimiento, el cual ha de iniciarse, primero, por el conocimiento de uno mismo, pero debe forjarse en el intercambio de ideas con los demás, por ejemplo, nuestros educandos.
"Sentirte comprendido es sentirte asistido, ayudado. No se trata de que tus alumnos te sigan o te obedezcan, sino de que te ayuden a entender mejor las cosas que tú mismo te empeñas en que ellos vean con claridad." (Ver fuente 1)
Gracias por ese problema, Luis Jaime.

Fuentes:
1. Entrevista a Luis Jaime Cisneros. Tomado del blog de Percy Acuña, Hatun Llaqtahttp://www.urbanoperu.com/node/221

2. El libro de Jorge Bruce, Nos habíamos choleado tanto. 

19 de octubre de 2012

Preguntas para Lucerna



La revista Lucerna tuvo una nueva presentación en la Casa de la Literatura. En ella, el director Julio Isla dio las pautas generales de la línea editorial de la revista. Entre ellas, destacó el espíritu de lucha contra la “frivolidad” y la “ignorancia” preminentes en los diarios, revistas y demás medios de comunicación en el Perú.

Estas palabras fueron recurrentes en la exposición de Isla y me hicieron recordar el “Breve discurso sobre la cultura”, de Mario Vargas Llosa. En este texto, Vargas Llosa lamenta la flexibilización del término “cultura” para incluir no solo a todas aquellas que podrían estar rezagadas en el progreso del conocimiento humano y de la ética, sino también para denominar a cualquier expresión del ser humano en sociedad, aun cuando sea extremadamente fácil, corriente e irrelevante. En ese sentido, sostiene que debería concebirse como cultura solo aquella producción compleja, demandante y estimulante para el intelecto y la sensibilidad:


La cultura puede ser experimento y reflexión, pensamiento y sueño, pasión y poesía y una revisión crítica constante y profunda de todas las certidumbres, convicciones, teorías y creencias. Pero ella no puede apartarse de la vida real, de la vida verdadera, de la vida vivida, que no es nunca la de los lugares comunes, la del artificio, el sofisma y la frivolidad, sin riesgo de desintegrarse. Puedo parecer pesimista, pero mi impresión es que, con una irresponsabilidad tan grande como nuestra irreprimible vocación por el juego y la diversión, hemos hecho de la cultura uno de esos vistosos pero frágiles castillos construidos sobre la arena que se deshacen al primer golpe de viento. (Vargas Llosa, "Breve discurso sobre la cultura" http://www.letraslibres.com/revista/convivio/breve-discurso-sobre-la-cultura?page=full)
http://desdeeltropico.blogspot.com/2010/12/discurso-de-mario-vargas-llosa-al.html
Propongo, entonces, mi primera pregunta:


¿Es esta misma concepción de cultura la sostenida por Lucerna? Si es así, ¿cómo responderían, amigos, a las críticas que se le hace a la concepción de Vargas Llosa, a saber, la acusación de etnocentrismo y evolucionismo cultural?

Por otro lado, Isla ha manifestado la preocupación de Lucerna por publicar textos creativos y críticos que constituyan o se preocupen de una literatura importante y compleja. Esto nos conduce a las preguntas restantes:

¿Esto deja fuera de la luz de esta revista los textos que dialoguen en narrativa o poesía, por ejemplo, con lo conocido como “lo popular”?

¿Qué ocurriría con los estudios sobre las llamadas “literaturas orales” o la tradición oral que en nuestro país es tan rica? ¿No ingresarían estos temas en Lucerna?


Nota:

El “Breve discurso sobra la cultura” puede hallarse en http://www.letraslibres.com/revista/convivio/breve-discurso-sobre-la-cultura?page=full

9 de octubre de 2012

Breve diálogo con un creador


-¿A ti te gusta Silvio Rodríguez?
-Sí, me gusta mucho.
-Entonces, anda, ayúdalo a buscar su unicornio azul, pues, jajaja.

El que pregunta es el poeta Antonio Cisneros, quien acaba de dar un recital en el auditorio de Letras de la Universidad Mayor de San Marcos. En el poema que leyó aquella tarde, un joven impetuoso observa desde su casa a la vecina, con el deseo trepándose por la imaginación. Poema pícaro, alegre, vivaz, breve, de lúdicas asociaciones y sabores inesperados.

Foto tomada de http://www.siete.pe/2012/10/06/fallece-el-poeta-antonio-cisneros/antonio-cisneros-01/
El que responde es un alumno de la PUCP que se ha colado a la San Marcos para escuchar el recital, luego del cual suena en el auditorio una vieja canción de Rodríguez, a manera de fondo musical de las charlas posteriores a la participación de los escritores. La vecina de tez morena y blanco delantal se sienta para descansar del trajín. De vez en cuando y por el resto de su vida, el alumno volverá a trepar aquel muro para espiarla. Ahora se ha acercado a saludar, con mano temblorosa, a quien sus padres admiraban con fervor por impregnar la poesía de la voz rebelde de toda una generación. Frente a la pregunta del vate, el joven contesta con honestidad y espera un asentimiento. La respuesta lo deja helado.

El que se burla y ríe sonoramente es el oso hormiguero, quien añade, para mayor bochorno del alumno: “A mí me gusta más bailar con una salsa de Celia Cruz”. Gracias por esa sonrisa, Antonio.

8 de octubre de 2012

Lucerna: creación rebelde y crítica clara


En el editorial de la revista Lucerna (Año 1 número 1), nueva publicación peruana sobre creación y crítica literaria, se lamenta la tendencia comercial de la creación actual y la oscuridad de la crítica contemporánea. Se busca, pide y propone, entonces, una creación valiente y atrevida frente a las convenciones sociales y literarias, así como una crítica que pueda, además de analizar, comunicarse labor con claridad.
Portada del primer número de la revista, tomada de http://www.facebook.com/lucerna.literatura
Algunos lectores, suspicaces, no evitarán suspirar y pensar que el primer reclamo de Lucerna no es nuevo en absoluto. ¿No es cualquier creación rescatable una rebelión contra lo establecido? Por otro lado, otros podrían encontrar en el segundo la resistencia juvenil, natural pero ingenua, ante la institucionalidad académica.  ¿Acaso una crítica potente debe simplificarse solo para ser más digerible por los iniciados? Incluso, puede suponerse que el hecho de que una revista se proponga desde el primer número remar contra la marea sería -más que un programa- un recurso retórico obvio para presentarse como novedad entre las publicaciones existentes.

No obstante, en tiempos de crisis, lo sencillo es urgente. Con el oxígeno de su primera bocanada, Lucerna nos recuerda dos verdades que, por evidentes, corren el riesgo de ser ignoradas. Las percibimos en recitales y conferencias: nos encontramos en un momento en que la creación en nuestro país corre el riesgo de estancarse en temas y formas, y la crítica literaria se come a sí misma con vertiginoso placer. El camino trazado por Lucerna es imperativo para nuestras generaciones y los lectores estamos atentos a sus primeros pasos. 

4 de octubre de 2012

“Las piadosas” de Andahazi: entre el humor y lo fantástico

El argentino Federico Andahazi es autor de “Las piadosas”, breve novela en la que apela a personajes reales como Lord Byron y los mezcla con personajes fantásticos. Un elemento muy interesante en esta novela es el humor. Toda la historia está narrada con el lenguaje de un relato de suspenso. No obstante, este contrasta de manera sumamente irónica con ciertos episodios ridículos, como aquel en el que un editor juzga a las novelas que va a publicar con una máquina lectora de su propia invención. El diálogo metaliterario y los guiños al lector, además, son constantes en este episodio.

Foto tomada de http://entreshandysybartlebys.blogspot.com/2009_07_19_archive.html
El encuentro entre el humor y lo fantástico es un tema sumamente interesante de comentar. Normalmente, se suele asociar lo fantástico al terror, pero sus alcances son mayores. Para citar solo casos célebres, pensemos en "La otra muerte", de Borges, en la que el episodio fantástico constituye una irónica revisión de la historia guerrera del cono sur latinoamericano. Consideremos, también, la muda carcajada que acompaña cada categórica conclusión del comentarista en "Pierre Menard: autor de El Quijote".

Asimismo, recordemos la angustia del joven en "Carta a una señorita en París", de Julio Cortázar, frente al exceso de conejitos, que no solo nos provoca incertidumbre, sino también esa secreta sonrisa, casi compasiva, catártica, al ver a un hombre atrapado por el sinsentido. Incluso en "La metamorfosis", de Kafka, la gelidez de las descripciones del protagonista sobre su familia está cargada de una ironía decadente. Este humor nocturno se aprecia también en los cuentos fantásticos del peruano Clemente Palma.

En "Las piadosas", novela muy entretenida por cierto, un mounstruo de terrible cuerpo femenino pero lúcida inteligencia nos relata sus desventuras desde su infancia, su execrable vida matizada por el amor a la literatura. Un amor que la ha llevado, literalmente, a devorar páginas de libros, mientras más antiguos y clásicos, más sabrosos. Estoy a la mitad de la obra… ¿cuál será el destino de este horrible ser?

27 de julio de 2012

Los viajes

El capítulo 2 de Los ríos profundos, titulado “Los viajes”, es el que más recuerdo de aquella novela. “Es el más largo del libro, ¿no?”- le pregunté a mi amigo. “No -me dijo él-, es, precisamente, el más corto”.

Mi amigo recuerda esa novela y la lleva siempre presente. Él opina que es la mejor entre las de José María Arguedas. Conversaciones sobre su carácter lírico, más que narrativo, nos ocuparon durante algunas tardes en la universidad. Esas tardes en jardines, cafeterías, pasillos, bancos, etc. se parecían a los viajes en los que Ernesto y su padre descubrían, tras cada quebrada, el canto de la calandria y el humor de los violines. Inmensa como los valles que recorrían ambos, me imaginaba su palabra, estuario de alegrías y tristezas.

Luego de la claustrofóbica voz del viejo, figura dominante del primer capítulo de Los ríos…, el aire del vado de Cangallo:

Ya debía amanecer. Habíamos llegado a la región de los lambras, de los molles y de los árboles de tara. Bruscamente, del abra en que nace el torrente, salió una luz que nos iluminó por la espalda. Era una estrella más luminosa y helada que la luna. Cuando cayó la luz en la quebrada, las hojas de los lambras brillaron como la nieve; los árboles y las yerbas parecían témpanos rígidos; el aire mismo adquirió una especie de sólida transparencia. Mi corazón latía como dentro de una cavidad luminosa. Con luz desconocida, la estrella siguió creciendo; el camino de tierra blanca ya no era visible sino a lo lejos.
Hermosa, estremecedora, vital y a, la vez, mortuoria imagen:
Corrí hasta llegar junto a mi padre; él tenía el rostro agachado; su caballo negro también tenía brillo, y su sombra caminaba como una mancha semioscura. Era como si hubiéramos entrado en un campo de agua que reflejara el brillo de un mundo nevado. “¡Lucero grande, werak’ocha, lucero grande”, llamándonos, nos alcanzó el peón; sentía la misma exaltación ante esa luz repentina.
Como todo viaje, este también termina y el silencio del padre presagia la despedida en el capítulo III. Un nuevo viaje espera al padre solo, hacia otros pueblos, como aquellos que ya visitaron. En varios de ellos los odiaron, los quisieron “matar de hambre”. En otros, oyeron toda la noche a los mejores violinistas y arpistas del lugar. En uno de ellos, Ernesto se enamoró y cantó a la puerta de una joven de ojos azules huaynos desconocidos.

En los pueblos, a cierta hora, las aves se dirigen visiblemente a lugares ya conocidos. A los pedregales, a las huertas, a los arbustos que crecen en la orilla de las aguadas. Y según el tiempo, su vuelo es distinto. La gente del lugar no observa estos detalles, pero los viajeros, la gente que ha de irse, no los olvida. Las tuyas prefieren los árboles altos, los jilgueros duermen o descansan en los arbustos amarillos; el chihuaco canta en los árboles de hojas oscuras: el sauco, el eucalipto, el lambras; no va a los sauces. Las tórtolas vuelan a las paredes viejas y horadadas; las torcazas buscan las quebradas, los pequeños bosques de apariencia lejana; prefieren que se les oiga a cierta distancia. El gorrión es el único que está en todos los pueblos y en todas partes. El viuda pisk’o salta sobre las grandes matas de espino, abre la alas negras, las sacude, y luego grita. Los loros grandes son viajeros. Los loros pequeños prefieren los cactos, los árboles de espino. Cuando empieza a oscurecer se reparten todas esas aves en el cielo; según los pueblos toman diferentes direcciones, y sus viajes los recuerda quien las ha visto, sus trayectos no se confunden en la memoria.
¿Qué ave serás, amigo, a qué ritmo y hacia dónde te llevará tu vuelo? ¿Qué vuelos recordarás, qué capítulos, notas al pie, fronteras, cigarrillos, mujeres, piedras lúcidas, navajas, cervezas, callejones? ¿Cómo será el regreso?

Será partir de nuevo
este regreso.
De la luz
a la luz, de la nube
a los ríos,
de la fuente a la boca de las aves
y de las aves a su antiguo vuelo.
Recorriendo
con los ojos
de la tarde
las llanuras del tiempo
derramado,
abriremos
una sonrisa en cada valle.
(Quinto fragmento de “Ensayo a dos voces”, de Javier Heraud y César Calvo)

19 de julio de 2012

De polvo a demiurgo

¿En cuánto se parecen la literatura y la sociedad?
¿Son, siquiera, comparables?
¿Pueden ser analizadas desde las mismas ciencias?

Este tipo de interrogantes nos asaltan a quienes intentamos analizar las novelas como parte de un constructo sociocultural determinado. No obstante, estas preguntas, en mi breve experiencia, no se han resuelto.

Asumir las novelas como ficciones que pueden analizarse e interpretarse desde las Ciencias Sociales o Humanas nos plantea el tercer enigma de Turandot:

“Hielo que te inflama
y con tu fuego
aún más se hiela.
Cándida y oscura.
Si libre te quiere,
te hace más esclavo.
Si por esclavo te acepta,
te hace Rey”

La Antropología, la Economía, la Sociología, la Psicología, etc. nos proveen marcos conceptuales confiables para acercarnos a los hechos ficcionales y pueden aportar las bases para una interpretación coherente. Sin embargo, en su reducción de la ficción, culminan encorsetando lo que se imprime desde su concepción como indeterminado: la imaginación y la libertad humanas.

Así, el investigador que logra domar al texto no evitará, no podrá hacerlo, detenerse, cerrarse, asentarse sobre una interpretación que, en la lógica de las ciencias, deberá probarse y someterse a experimento. Por ende, termina reduciendo a la ficción a la confirmación de la teoría que la explica.

Al pretender, entonces, dominar el texto, el investigador desaparece. Como la teoría lo explica todo, el hombre como individuo es un vehículo, un intérprete. Así el príncipe enamorado de Turandot, reclama a su esquiva presa:

"¡Tres enigmas me has propuesto
y los tres los he resuelto!
¡Uno solo a ti te propongo:
no conoces mi nombre!
Dime mi nombre,
dime mi nombre
antes del alba,
¡y al alba moriré!"

El investigador se oculta tras la negra noche de las teorías y su interpretación, de haber nacido como impulso instintivo, se confirma como absoluto principio. De polvo a demiurgo, el investigador plantea que su ser es prescindible, pues en las teorías está ya encerrada la explicación que ha reflejado.

No obstante, todo enigma es, como todo problema, un paso hacia el conocimiento.Cuando el texto se escapa de la interpretación, cuando la noche cofunde los rasgos puros, el nombre ha de volver para confrontar al hombre: toda interpretación es una nueva obra, una creación distinta, un sueño acerca de un sueño.

"Yo sé su nombre...
¡Mas es delicia suprema
mantenerlo en secreto
y poseerlo yo sola!"

Las citas de Turandot se han tomado de http://www.arcadiajerez.com/gestion/contenidos/agenda/libretos/Turandot.pdf