Ya entregué la tesis. El día miércoles la dejé en Mesa de Partes de mi ex- (ahora sí, ex) Facultad. Estoy esperando que la lea un profesor consultor, además de mi asesora, para que la aprueben y me den fecha de sustentación. Es una sensación extraña. No entiendo bien todavía cuál es mi estado. Supongo que "tesista" sigue siendo el término apropiado. Pero me refiero a algo más allá de un asunto administrativo. ¿Qué soy? ¿un graduado a medio graduar? ¿un bachiller optimista? Quizás he puesto demasiadas expectativas en la obtención de la Licenciatura. Quizás no sea tan importante en el mercado profesional de hoy en día...
Pero sí será un sueño cumplido, la posibilidad de aportar algo original y propio a la bibliografía arguediana. Dicen que, años más tarde, leeré esa tesis y me sonrojaré por los errores y carencias, ingenuidades e imprudencias cometidas por un joven ambicioso. Dicen que es como el primer amor, aquel que más nos ilusiona y que entendemos menos. De hecho, mi tesis trata acerca de la cuestión de género, concretamente, la construcción de las masculinidades. Por eso, es un trabajo que involucra tanto una revisión de mis conocimientos adacémicos, como una interpelación sobre mi vida personal.
Ahora, ¿qué se viene? Probablemente, buscar una beca para estudiar afuera, en Estados Unidos o Francia; mejorar el inglés, estudiar francés u otro idioma; dar exámenes y seguir trabajando. El sábado celebré con una visita a una cevichería bonita, quizás se venga una que otra celebración más... Hay que ir devolviendo toda la ayuda que mi gente me ha prestado. Por ahora, espero la fecha de sustentación leyendo otras cosas, poniéndome al día con mis asuntos laborales, tratando de retomar el fulbito. Después de tiempo, bastante tiempo metido de cabeza en la tesis, siento que estoy volviendo a flote. Recupero el aliento, lleno de aire los pulmones. Una etapa está pasando, una nueva comienza. "¡Ahí voy si no me caigo!"
Te felicito, ojalá pronto pronto experimente lo mismo... mi asesora me gritó hace poco, cuando me vió en la sustentación de una amiga "yyy?...para cuándo?" Ah si, tienes que retribuirme, quiero mi ceviche mixto.
ResponderEliminarTe felicito por tu blog César, nuevas etapas comienzan y nuevos retos también. Cualquiera sea el camino que tomes, te irá bien. Sigue con el buen trabajo.
ResponderEliminarJorge P.
Querida Daria: gracias por tus palabras. El cuándo y el cómo de la tesis siempre lo ponemos nosotros, pues es un proceso que implica tanto nuestras lecturas e investigación como la experiencia de vida que vamos acumulando. La literatura se entiende en relación con nuestra realidad. Por eso, la madurez, los errores, las revelaciones que vivimos en la vida diaria nos permiten volver a los textos con perspectivas nuevas.
ResponderEliminarEllo explica, también, por qué un texto es leído de diferente manera no solo por distintas generaciones, sino por una misma persona en distintas épocas de su vida. La maduración de una tesis, entonces, avanza al ritmo de la del investigador.
Querido Jorge: ¡muchas gracias! Tú mejor que nadie sabes cómo vamos creciendo, "golpe a golpe, verso a verso". Te deseo lo mejor en los retos que estás inaugurando.
ResponderEliminarCesitar:
ResponderEliminarFelicitaciones por la tesis, de todas maneras tienes que pasar la voz para alentarte el día de tu sustentación.
Eduardo Flores
Muchas gracias a todos por su apoyo y comentarios tan gratos. Hace dos años sustenté y eso me abrió puertas y ventanas no solo laborales, sino también de vida. Hay quienes piensan que hacer la tesis no es signo de tener un nivel superior al que se tiene con egresar o quienes creen que se trata de una larga admonición a los autores y profesores. Yo no estoy de acuerdo; muy en lo personal, fue internarme en preguntas sobre mi propia vida y mi cosntrucción del género, así como un reto para dialogar con los autores y profesores desde mis porpias ideas. Asimismo, fue un homenaje crítico a mi autor preferido, Arguedas.
ResponderEliminarAtte.
César