10 de diciembre de 2010

Una burbuja de imaginación

Día histórico, feliz e inspirador; día hermoso para estudiar y practicar la literatura; impulso para continuar en esta lucha de todos los días por crear y cultivar historias...

Podemos apreciar la entrega en:

3 de agosto de 2010

Un primer paso hacia la interpretación literaria del suicidio de Arguedas: la multiplicidad semántica en El Zorro de Arriba y El Zorro de Abajo

En posts anteriores, los lectores de este blog comentaron acerca del suicidio de José María Arguedas, presentado en El Zorro de Arriba y el Zorro de Abajo. Uno de ellos, Arturo C., opinó lo siguiente:

«Respecto a Los Zorros, mi hipótesis es que Arguedas, ante las críticas de los científicos sociales, de escritores contemporáneos más jóvenes y otros consagrados, recurrió a la exposición descarnada de su drama personal mediante un género tan híbrido como el diario -permeable a la prosa poética, a la autobiografía o a la novela- con la finalidad de demostrar que su "teoría de la novela" (consistente en plantear una obra literaria como una metáfora arquitectónica de las relaciones sociales y en asumir la creación literaria como un oficio vital) podía ser vigente en la medida que todo aquel que leyera el diario comprendiera que la muerte del yo-narrador tiene un correlato con la muerte del autor. Es decir, el suicidio vendría a ser una prueba forzada y trágica por parte de Arguedas para demostrar que "si no escribo, me meto un tiro..." que en buena parte significa que la literatura era para él una actividad vital y no un simple juego de técnicas narrativas (muy apreciadas por la crítica de la época)« (pueden ver el comentario completo y en su contexto en http://insomniofertil.blogspot.com/2009/12/jose-maria-arguedas-derribando-los.html).

Esta opinión parece recoger ciertas ideas del muy leído La utopía arcaica. José María Arguedas y las ficciones del indigenismo, de Mario Vargas Llosa. Dicho libro es útil para conocer la crítica inicial a Los Zorros. No obstante, lleva implícita la tesis de que el suicidio de Arguedas constituiría un “chantaje al lector”, la cual reduce enormemente los significados múltiples de dicho acontecimiento narrativo. Asimismo, el comentario de Arturo C. menciona la “teoría de la novela” de Arguedas. Es claro que el autor era un creador consciente y metódico, preocupado por su propia poética, que asimilaba la literatura a la vida; pero no lo hacía para plantear un “modelo arquitectónico” especular de la realidad social. Vamos por partes.



En primer lugar, las reflexiones metaliterarias de Arguedas tienen momentos de álgida emoción en los que reivindica la absoluta identidad entre vida y literatura. Esta es una manifestación clara de la vertiente testimonial de su narrativa. En otras ocasiones, expresa su voluntad de reflejar procesos sociales, expresión de la mirada realista. Y en muchas otras oportunidades, su necesidad de rescatar las tradiciones culturales andinas, muestra de la impronta mítica que recorre su obra. Considero que es necesario leer los elementos presentes en su narrativa como atravesados por estas tres constantes básicas —pueden haber otras, sin duda—, pues de lo contrario corremos el riesgo de descuidar su pluralidad semántica y caer en simplificaciones como en la que cae Vargas Llosa y, lamentablemente, también nuestro amigo Arturo C.

Un elemento central de su teoría de la novela, como lo expone en El indigenismo y el problema de la expresión literaria en el Perú, es el lenguaje: cómo expresar en un idioma propio del mundo dominante lo que sucede en el mundo dominado, y cómo hacer que ambos cosmos se comuniquen. Este es el campo de batalla de la lucha arguediana en una primera etapa, hasta que llega a una solución en Los ríos profundos: la producción de una lengua literaria propia, empresa monumental. El dilema en Los zorros es múltiple y el suicidio puede parecer, por su carácter de evento final, el devenir y la síntesis de los problemas planteados, pero eso también es una impresión que se puede discutir largamente. Lo que deseo resaltar en segundo lugar, es que en esta novela late con mayor fuerza que en las anteriores el sustrato mítico. Este es el rasgo distintivo del indigenismo final de Arguedas, uno experimental, de corte vanguardista. Esta vertiente, como expone detalladamente Martin Lienhard, “carvanaliza” la novela y, nuevamente, relativiza la perspectiva realista que toma por momentos. En ese sentido, el contenido ritual del suicidio arguediano es fundamental para comprender sus significaciones, pues estas trascienden los elementos propios de lo meramente novelesco y se entretejen en un diálogo con discursos diversos, tanto políticos como míticos.

En un próximo post, me explayaré en una interpretación del gesto final de Arguedas, tomando en cuenta la interacción entre la impronta mítica y el mensaje político que se expresa en los diarios. Resalto el determinante indeterminado pues, como mencioné, las posibilidades que despliega una obra abierta como Los zorros nos plantean el reto fascinante de una lectura múltiple: por ello es un texto sumamente contemporáneo y con el que cual tenemos tanto aún por dialogar.

Obras mencionadas
Arguedas, José María. Zorro de Arriba y el Zorro de Abajo. Ed. crit. Eve-Marie Fell. Madrid: ALLCA XXe Siecle, 1990.
---. “El indigenismo y el problema de la expresión literaria en el Perú”. En Obras completas. Vol II. Lima: Editorial Horizonte, 1983. 193-198.
Lienhard, Martín. Cultura andina y forma novelesca: zorros y danzantes en la última novela de Arguedas. El Zorro d
e Arriba y el Zorro de Abajo. Lima: Horizonte, 1981.
Vargas Llosa, Mario. La utopía arcaica. José María Arguedas y las ficciones del indigenismo. México: Fondo de Cultura Económica, 1996.

28 de marzo de 2010

Traducir poesía: estrecho puente, hoja de sable


He aquí la colaboración de mi colega Javier Muñoz: la traducción de un poema del célebre William Wordsworth. Luego de la versión de Muñoz, pueden leer el poema original.





Compuesto en el Puente de Westminster, 3 de septiembre de 1802, de William Wordsworth

Nada ofrece la tierra tan hermoso;
torpe sería el alma si ignorase
visión de su emotiva majestad:
la Ciudad, como un traje, lleva puesto

bello amanecer; mudos, desnudos,
barcos, torres, teatros, domos, templos
ante cielos y campos se prosternan;
en el aire impoluto todo brilla.

Nunca el sol bañó tan bellamente,
con luz primera, valle, roca o monte.
¡Nunca vi ni sentí calma tan honda!

El río se desliza a voluntad.
¡Oh, Dios! Hasta las casas se han dormido;
¡y el fuerte corazón que yace quieto!


Composed upon Westminster Bridge, September 3, 1802, by Wordsworth

Earth has not anything to show more fair:
dull would he be of soul who could pass by
a sight so touching in its majesty:
this city now doth, like a garment wear

the beauty of the morning; silent, bare,
ships, towers, domes, theatres and temples lie
open unto the fields and to the sky,
all bright and glittering in the smokeless air.

Never did sun more beautifully steep
in his first splendor valley, rock or hill;
ne'er saw I, never felt a calm so deep¡

The river glideth at his own sweet will:
Dear God! the very houses seem asleep;
and all that mighty heart is lying still!

5 de marzo de 2010

Parálisis extratemporal de la hoja roja

Como les prometí, aquí les presento una colaboración del joven poeta Daniel Campos Gómez (Blood).

Rojo, azul, limón, naranja.
La distancia hace todo más difícil entre los papeles.
Rojo, limón, naranja, azul.
Veo aquellos papeles a la distancia.

Limón, naranja, rojo, azul.
La dificultad de aquellos tiempos se encuentra en el piso.
Azul, limón, naranja, rojo.
Al piso caen fáciles, las hojas y las ramas.

Un hombre tiritando bajo la intermitente luz de un foco.
Un hombre ha sido despojado de su orgullo,
Un hombre ha perdido el amor propio.
Un hombre, un hombre que cae sobre sus rodillas.

Un hombre que ha dejado de luchar.
Un hombre que no encuentra sus motivos.
Un hombre que ya no esconde sus lágrimas.
Un hombre que deja fluir los ríos salados.

Un hombre, es un niño,
Un niño en un árbol de hojas y ramas que caen.
Un pequeño saltimbanqui de la vida,
Un niño de ilusiones perdidas.

Un niño es súper héroe,
Un niño sin súper poderes.
Un pequeño que no puede, simplemente, no puede.
El niño sin esperanza.

La perdida esperanza,
Regresar no ha de,
-Azul, rojo, azul, rojo-
Con la mañana nueva.

Sobre sus rodillas, el niño se pregunta:
¿La luz, que pasa con la luz?,
Solo, el niño sobre sus rodillas, continua,
Continúa navegando por los ríos salados.

Sin caramelos, sin chocolates,
Sin luces de colores, sin calor,
Sin esperanza, sin esperanza,
Sin esperanza, el niño muere.

Una mañana en Londres,
Una tarde en lima,
Una noche tropical,
Una vez más la esperanza se ha ido.

¿La luz? He aquí la luz,
El hombre-niño observa atento,
Un foco que emite la luz,
Tic, intermitente, tac.

Una hoja del árbol cae,
Una más, como tantas otras hermanas,
Salta al vacio meciéndose en el aire,
Una hoja más, choca con el asfalto.

Un motor, a lo lejos se logra escuchar,
El hombre lucha con el viento,
Con la lluvia, con el frio. ¡Ha vuelto a luchar!
Un motor se acerca.

¡Una roja hoja roja!
Entre tantas color limón,
Cae de ese naranjo
Bajo el cielo azul.

El hombre pequeño solo ve el rojo de la hoja,
Los demás sentidos se extinguieron.
Todo perdió el color, menos la hoja roja.
Se levanta, con el niño junto a él, y da un paso.

Otro paso más, se acerca, se acerca al color,
Color rojo, de la roja hoja,
Un poco de calor desprende el niño,
El hombre a la mitad de su camino llega.

El color regresa de repente, los sentidos vuelven en sí.
El sonido del motor esta cerca, el sonido de las llantas,
La luz y el sonido, se acercan, están sobre él, se alejan.
El hombre muere.

¿Y el niño?, ¿Y el niño?
El niño vuelve a ver solo el rojo de la hoja,
Que cae lentamente, que va y que viene,
Que toca su frente.

Un niño cierra los ojos,
Azul, azul, azul, rojo.
Un niño duerme ahora, bajo el azul del cielo nocturno.
Duerme ahora,… y dormirá siempre.

18 de febrero de 2010

Grupo de estudio de letras de San Marcos


Mi ex-alumna Carolina Mendieta, una muy buena estudiante, invita cordialmente a todos los lectores de Insomnio Fértil a participar en el Grupo de estudio de letras de San Marcos.
Este se desarrolla los días lunes y miércoles de 3 a 7 p.m. Consiste en debates acerca de historia y literatura. Los interesados comuníquense a la siguiente dirección de correo: carolina_2864@hotmail.com

5 de enero de 2010

Taller de cómic por Renso González (director de la revista Carboncito)

Renso González, firme y entusiasta creador y difusor del cómic peruano, director de la excelente revista Carboncito, dictará en los próximos días un taller para todo aquel que desee internarse en este arte. Una gran oportunidad para aprovechar las horas libres este verano, ¿no creen? Lo recomiendo.

Pueden ver los datos en su página web: http://www.carboncito.blogspot.com/

2 de enero de 2010

Algo más que un punto y una coma: las tutorías de lenguaje de UPC

Las tutorías de lenguaje de UPC son un servicio especialmente rico, tanto para el educando como para el tutor. A continuación, refiero algunas lecciones aprendidas a partir de mi propia experiencia en el dictado.

Hace dos años y medio ingresé a trabajar en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, específicamente, a dictar las tutorías de lenguaje, clases personalizadas de una hora en las que se atiende las dudas particulares del estudiante sobre los cursos de lenguaje. Los primeros días fueron terribles: no sabía la ración ideal de información que era preciso brindarle al alumno y tenía que ponerme al día con las lecturas semanales de 7 cursos distintos.

Poco a poco, mientras corrían las semanas en el B-21, tomé nota de ciertos puntos claves. Al ser libres, el alumno podía elegir cuándo y con qué ritmo acceder a las tutorías. Cabe resaltar, igualmente, que los estudiantes que recibíamos no eran los mejores; justamente, eran aquellos que encontraban serios obstáculos para aprobar. Por ello, era necesario darles una perspectiva del sentido que tenían nuestras actividades, las cuales, aunque parecían girar sobre temas mínimos y, a veces, intrincados, eran retos que el alumno debía sobrepasar en un camino mucho más amplio: su carrera universitaria.

Asimismo, captar su atención con un trato paciente y dedicado era esencial, además de resaltar los resultados concretos que íbamos logrando sesión a sesión y destacar que, en cada una, se iba a dar sólo un paso de un largo camino. Las tutorías son un proceso, no un remedio mágico, y el alumno debía estar consciente de eso. También fui apreciando el agradecimiento y el entusiasmo de los tutoriados, quienes suelen reaccionar de manera generosa, en la mayoría de los casos, ante un trabajo serio. Recuerdo con cariño a dos alumnas de EPE (carreras para ejecutivos) que me regalaron unas galletas y una gaseosa al final del ciclo. Más que el objeto, importaba la confianza que depositan en el educador. Esta relación debe tomarse con ecuanimidad, de modo que el alumno entienda que, al estar cerca de sus dificultades, nuestra labor es ayudarlos a superarlas dándoles la adecuada orientación.

En algunas ocasiones, escuchar sus problemas en los estudios conduce a conversaciones sobre temas que sobrepasan la competencia específica de las tutorías. Uno de los más comunes son las críticas de los alumnos hacia los profesores, que comprenden desde a sus métodos de enseñanza, hasta las fricciones de tipo personal. Pocos espacios existen tan propicios para recibir sus impresiones como éste, pues se establece a partir de su propia iniciativa y no se encuentra regida por la vigilancia inmediata del profesor. Entonces, es indispensable tener prudencia al dar consejos a los estudiantes, además de desplegar una escucha abierta y sin prejuicios. Sin duda, aparte de ello, el tutor debe saber manejar esta información con el respeto debido por la labor del docente.

Finalmente, un campo en el que mi aprendizaje fue tan complejo como los anteriores fue la convivencia con los compañeros de trabajo. En el pequeño salón en el que se dictan las tutorías, es imposible no incomodarse, a veces, con la voz muy alta de un colega a breves metros de distancia, identificar problemas en el funcionamiento del servicio o, lo más delicado, percibir que el trabajo de algún compañero no aporta con el del equipo.

Felizmente, algo que caracteriza a la Coordinación de Lenguaje en UPC (dentro de la cual se enmarcan las tutorías) es el diálogo constante y la búsqueda perenne de mejorar las herramientas educativas. En las reuniones del equipo de tutores de cada semana, las charlas con los colegas y la atención de los jefes, los distintos temas de discusión se pusieron sobre el tapete y primó el espíritu de brindar una buena atención a los alumnos y perpetuar el prestigio del servicio. En este contexto, se reforzó mi convicción de plantear con cabalidad aquello que debe ser corregido, así como la relevancia de la tolerancia en el trabajo en grupo.

Las tutorías de Lenguaje son una experiencia única y valiosa. Hoy, que he pasado al rol de profesor, comprendo que tanto educando como educador se encuentran en un constante aprendizaje, y que la retroalimentación en ambas direcciones es imprescindible para cumplir el común objetivo de la enseñanza universitaria. Ojalá se logre establecer un lugar físico de trabajo más amplio para este servicio y se estrechen las relaciones entre las tutorías y las distintas coordinaciones de los cursos, pues su papel es muy importante en el entramado de la Coordinación de Lenguaje en UPC.