13 de enero de 2009

El regreso del lapicero azul

En ocasiones, los profesores de redacción en las universidades establecemos un severo silencio entre nosotros y los alumnos al corregir sus evaluaciones con anotaciones agrestes, tales como “¡pésimo!” o “¡muy mal!”, tan categóricas en su propia formulación que excluyen la réplica. El alumno entiende que su texto no solo contiene errores que tendrá que adivinar tras esas inscripciones, sino que es especialmente desagradable a nuestros ojos. Esta situación puede producir un cortocircuito difícil de reparar.

De acuerdo con algunos colegas, dichas notas pueden atizar la ambición por tener un mejor desempeño en la siguiente evaluación. No obstante, creo que puede funcionar con ciertos estudiantes, mas no con un porcentaje respetable. Cada uno de ellos tiene una personalidad particular y algunos no podrán transformar la frustración en energía, porque se trata de un delicado proceso en el que se ven implicados factores como el desarrollo emocional, la experiencia y la capacidad de trabajar bajo presión.

Oigo la voz de amigos docentes: «practicar la psicología corresponde a la escuela, donde las dificultades en el estudio ya deben haber sido tratadas para que el alumno se maneje con eficiencia en la universidad». Sin embargo, me queda una objeción contra estas apostillas. Hace poco rendí una evaluación escrita, en la cual tuve que luchar duramente para lograr una adecuada organización de las ideas en mi respuesta, precisamente, un tema cardinal del curso que enseño.

Fui evaluado en un nivel de exigencia más alto, pero me enfrenté a uno de los principales retos de un examen, que los jóvenes a quienes instruyo también tienen que sortear. Esta experiencia me ha permitido identificar algunos puntos en los que debo trabajar para mejorar mi propia redacción.

Siendo profesores, nuestros conocimientos, estrategias y habilidades están en constante formación, enriquecimiento y, ocasionalmente, evaluación; es decir, aún somos alumnos. En este camino, aprendemos de nuevos errores y desafíos; por ello, debemos reconocer que la corrección de un examen es una oportunidad idónea para alcanzar al alumno las indicaciones precisas para mejorar sus textos, un espacio fértil para enseñar.

En conclusión, nuestras anotaciones deben ser claras, mas no agresivas. No estoy sugiriendo la suavidad al momento de calificar: la cortesía no suprime la coherencia al determinar la nota. Solo nos invito a propiciar un diálogo más abierto con nuestros estudiantes, quienes inician la senda por la cual aún marchamos. Usemos con prudencia el lapicero rojo y no olvidemos al lapicero azul, maestro que compartimos con los alumnos, que nos enseña tanto como nos equivocamos empleándolo.

3 comentarios:

  1. Da gusto saber que hay un heredero de Carvallo.

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  2. Hola César!!! Recién leo tu blog...felicitaciones!!!

    Efectivamente, las evaluaciones deberían ser un eslabón más del proceso de aprendizaje y no una instancia sancionadora y definitiva. No solo es importante no ser agresivos en nuestros comentarios y anotaciones, sino que también debemos resaltar lo que el alumno está haciendo bien. ¿Cuántas veces hemos escrito, al corregir un examen, "muy bien", "excelentes ideas", etc.?

    Gaby

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  3. Buenas tardes, creo que el texto que escribi no lo hize tan bien , empece con una ida y me enrede y acabe en un plato entreverado, en fin ,espero que lo pueda leer , para saber que debo corregir .

    gracias

    Una vez mas el mundo se da el discernimiento …te encuentras muerto como ayer lo dijo francisco , un chico , joven de anteojos , sumiso , humilde y entregado a la palabra de dios , que conociste en la iglesia medio ido del mundo , jamás mira de frente siempre existe un espacio para mirar hacia los lados , eso no importa ahora ,dice que la soledad mata , pues tu ya estabas muerto, conocidos , aparecidos , repentinos encuentros , un amorío que fugazmente se va , y amigas que no coexisten , pues no las tienes ni ellas ni ellos , ¿perdiste o no socializaste ? , en fin esta tarde no tuviste a donde ir , caminabas por callejones ,por un paradero grande del callao sin saber exactamente porque , con quién , hacer que …, sin un hombro para llorar o una oreja para que pueda escucharte , entraste a un restauran dietético ,no es novedad siempre comes porquerías … como lo escribiste, acuérdate y encima el nombre tan irónico P de proteínas , nos reímos juntos toda la tarde hasta la dichosa llegada … me la contaste así : “En algún momento de mis ideologías la porquería se llamaba a lo que comía , a las cosas viscosas y dañinas para mi vida , para la vida de los demás , pues ahora, se convierte en la apetecible cena que contigo comparto ,casi la mayoría de veces en la noche , los domingos, de 8pm o 9pm hasta la hora de llegar a casa y despedirme , una parrillada fría o caliente de acuerdo a el cansancio y descanso que piden aquellos que están detrás de esa sonrisa y esa imagen tan comprensiva y atenta , que dirán , que creerán , que sentirán cuando atiende , una mesa , una gaseosa , una caída y el aplauso del publico , la burla se levanta mientras el pisco de la joven llega gélido como ella lo prefiere y la piña colada se convierte en un gran vació…” te acuerdas mientras, mientras sigues como un gusano ,sigues con un aroma fetido , con la maldita pusilanimidad , con ganas de tomar sin hacerlo , y con ganas de irte muy lejos, mas de lo olvidado que estas perdido en tu perdición, donde el agua caiga del cielo tan rápido que puedan lastimarte y así poder llorar sin que nadie pueda ver algo raro entre tu rostro y preguntar ¿te encuentras bien ? , como de costumbre chismosa , te toque los pechos como quise a mi manera , sin ningún permiso tuyo , se lo que me dijiste , pero no es razón para tanto , solo será como sentir la arena de los pies cosquilleándolos por el mar me dije para entonces , me entusiasme y baje mi mano por los alelíes mas puros y polutos , que tu condenada arma guardaba , estabas dándome la espalda , confiando en mi como lo sueles hacer , con los ojos cerrados , sin cerrar los ojos y sin dormir , creyéndote tan audaz lo hice una vez y la otra , estupidamente te mire y me dijiste al mirarme que paso , y yo te respondí con lo mismo , no te explique nada y me fui a la cocina , regrese sin encontrarte y te estado llamando desde hace mucho , al final te cansaste de hablar y llorando tanto al explicarme que todo te había hecho daño en el sofa de nuevo , los dos acurrucados y creyendo tu sueño y volviendo en el solo para complacerte .


    PDT:la puntuacion es un conflicto .


    Gracias

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