19 de julio de 2012

De polvo a demiurgo

¿En cuánto se parecen la literatura y la sociedad?
¿Son, siquiera, comparables?
¿Pueden ser analizadas desde las mismas ciencias?

Este tipo de interrogantes nos asaltan a quienes intentamos analizar las novelas como parte de un constructo sociocultural determinado. No obstante, estas preguntas, en mi breve experiencia, no se han resuelto.

Asumir las novelas como ficciones que pueden analizarse e interpretarse desde las Ciencias Sociales o Humanas nos plantea el tercer enigma de Turandot:

“Hielo que te inflama
y con tu fuego
aún más se hiela.
Cándida y oscura.
Si libre te quiere,
te hace más esclavo.
Si por esclavo te acepta,
te hace Rey”

La Antropología, la Economía, la Sociología, la Psicología, etc. nos proveen marcos conceptuales confiables para acercarnos a los hechos ficcionales y pueden aportar las bases para una interpretación coherente. Sin embargo, en su reducción de la ficción, culminan encorsetando lo que se imprime desde su concepción como indeterminado: la imaginación y la libertad humanas.

Así, el investigador que logra domar al texto no evitará, no podrá hacerlo, detenerse, cerrarse, asentarse sobre una interpretación que, en la lógica de las ciencias, deberá probarse y someterse a experimento. Por ende, termina reduciendo a la ficción a la confirmación de la teoría que la explica.

Al pretender, entonces, dominar el texto, el investigador desaparece. Como la teoría lo explica todo, el hombre como individuo es un vehículo, un intérprete. Así el príncipe enamorado de Turandot, reclama a su esquiva presa:

"¡Tres enigmas me has propuesto
y los tres los he resuelto!
¡Uno solo a ti te propongo:
no conoces mi nombre!
Dime mi nombre,
dime mi nombre
antes del alba,
¡y al alba moriré!"

El investigador se oculta tras la negra noche de las teorías y su interpretación, de haber nacido como impulso instintivo, se confirma como absoluto principio. De polvo a demiurgo, el investigador plantea que su ser es prescindible, pues en las teorías está ya encerrada la explicación que ha reflejado.

No obstante, todo enigma es, como todo problema, un paso hacia el conocimiento.Cuando el texto se escapa de la interpretación, cuando la noche cofunde los rasgos puros, el nombre ha de volver para confrontar al hombre: toda interpretación es una nueva obra, una creación distinta, un sueño acerca de un sueño.

"Yo sé su nombre...
¡Mas es delicia suprema
mantenerlo en secreto
y poseerlo yo sola!"

Las citas de Turandot se han tomado de http://www.arcadiajerez.com/gestion/contenidos/agenda/libretos/Turandot.pdf




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, por favor, deja tu comentario sobre este post o sobre algún tema que desees que se trate en Insomnio Fértil.